viernes, 16 de diciembre de 1994

El Salmo 23

El Glorioso Evangelio, Vol. 94, N’o. 12

Por Virgilio Crook

Lección Doce - Verso Cuatro

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.”

Con este verso, comenzamos la otra mitad del Salmo 23.  Notamos un cambio muy marcado en este verso.  En los versos uno al tres, vimos a David hablando como una oveja hablaría a otra oveja, recalcando el cuidado de su pastor por ella.  David expresa esta confianza en muchos de los Salmos, tal como en el Salmo 18, por ejemplo.  “Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.”  (versos 1 al 3) De aquí en adelante, vemos que la oveja está hablando directamente a su pastor.  Habla acerca de su cuidado para con ella, y la confianza que ella tiene en su pastor. “Aunque ande en valle.”  Los pastores en tiempo de la Biblia, tenían la costumbre de llevar las ovejas a los montes o lugares altos en tiempo del verano, muchos lo hacen así aún hoy día.  Las llevaban por los valles.  Aquí vemos la necesidad de la presencia del pastor más que nunca.  Tenemos un ejemplo de esta costumbre en Lucas 2.8; “Había pastores en la misma región (una región montañosa), que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.”  Aquí vemos a los pastores cuidando sus ovejas en las montañas cuando el Señor nació.  En este tiempo las ovejas son sacadas de los rebaños cerca de la casa del pastor y llevadas a los pastos lejanos en los montes.  Ahora el pastor está con sus ovejas día y noche, aún duerme afuera con ellas.  La primera mención de David en la Biblia le muestra justamente en esa actividad, cuidando las ovejas afuera.  “E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos?  Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.”  1º Samuel 16.10, 11  David estaba afuera en algún lugar cuidando las ovejas de su padre.  Dice David: “Aunque ande en valle;” no dice: “si por a caso, o si por alguna casualidad,” sino AUNQUE, implicando que era una cosa segura.
El pastor lleva las ovejas al pasto en los montes, por medio, o a través de los valles.  Las va a llevar a las montañas, es seguro, pero por los valles.  En nuestra vida cristiana, nos gustan las experiencias sobre la cima de la montaña.  Es una experiencia muy agradable donde el Señor nos bendice y todo va a nuestro favor, pero ¿cómo llegamos a la cumbre del monte?  ¡¡¡Por medio de los valles!!!  La senda a través de los valles es más fácil para las ovejas subir.  Se encuentran agua y pasto más abundantemente en los valles.  “Aunque ande en valle,” pues no nos quedamos en el valle, sólo pasamos a través del valle para poder llegar arriba.  Este verso es usado muchas veces para referirse a la muerte.  Se puede aplicar así, sin duda, pero dice “sombra” de muerte y no precisamente la muerte misma.  Sin duda nos habla de experiencias en la vida que son, en algún sentido peor que la muerte.  Cuando las ovejas pasan por los valles muy hondos, a veces no se ve el sol, sino sólo a medio día y así parece que están andando en una sombra.  Así es en nuestra vida, pues a veces la sombra de una prueba cubre la resplandeciente faz de nuestro Pastor, sin embargo, él está allí siempre.  ¡¡Gloria a Dios!!
Un buen pastor nunca lleva sus ovejas por una senda por la cual él no ha pasado.  Nuestro Pastor conoce bien la senda que conduce por el “valle de la sombra de la muerte,” pues él ha pasado por medio de ella.  “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.  Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.”  Isaías 53.3, 7, 8  “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”  Hebreos 2.18  “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”  Hebreos 4.15  Sí, nuestro Pastor conoce bien la senda del valle, habiendo pasado por ella en su vida aquí sobre la tierra.  “Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos.” Salmo 139.3  Conoce nuestro camino porque él anduvo por él.  “Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro.”  Job 23.10  El conoce los peligros en el camino, pero nos guía más allá de ellos y afuera del valle hasta la cumbre del monte.  “Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová.”  1º Reyes 20.28  Note que él es Dios de los valles, tanto como Dios de los montes.  El estará con nosotros en la angustia, aunque puede ser que no nos libre de la angustia.  (Salmo 91.15)  Encontramos que su presencia es más dulce con nosotros en tiempo de angustia, en el valle de la sombra de la muerte.
David expresa su confianza por la presencia del Pastor con el; “No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.”   ¡Qué confianza nos da la presencia del Pastor con nosotros!  ¿Tiene usted este conocimiento, mi amigo?  ¿Sabe usted en lo profundo de su corazón que el Gran Pastor estará con usted en toda circunstancia de la vida?  “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”  Juan 16.33  ¡Qué promesa!  El Señor nos asegura que tendremos aflicción en esta vida pero alabanza a Dios, él ha vencido al mundo y todo lo que hay en él y nos ha dado la victoria.
Mi estimado amigo creyente, no tenga miedo del valle, pues en él usted encontrará al Pastor, cuya presencia quitará el miedo.  Usted dirá con David: “no temeré mal alguno.”  Los valles tienden a darnos miedo, pero allí encontraremos la dulce presencia de nuestro amado Pastor, el Señor Jesucristo.  Moisés dijo al Señor: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”  Éxodo 33.15  Esto nos muestra de nuevo la importancia de la presencia de nuestro Pastor en cuanto a nosotros sus ovejas.  Si pasamos por las aguas, no nos van a inundar, pues él estará con nosotros.  Si tenemos que pasar por el fuego, como los tres varones hebreos, él estará con nosotros.  Jesús dijo lo siguiente a sus discípulos al salir de este mundo: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”  Mateo 28.20  ¡Qué promesa alentadora!  ¿Usted cree esta promesa?  Si es así, entonces puede confiar y no temer mal alguno.

Si usted quiere ser un canal de bendición para otros, tiene que pasar por los valles.  El Espíritu Santo necesita canales para poder bendecir a la humanidad.  El agua corre a través de los valles.  Así que, sin la experiencia del valle en nuestra vida, el Espíritu Santo no tiene por donde fluir para bendecir a otros.  Son necesarios los valles, no sólo para alcanzar la cumbre, sino para llegar a ser canal de bendición para otro.

Los Atributos De Dios

El Glorioso Evangelio, Vol. 94, N’o. 12

• Amor •

por Douglas L. Crook

“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios.  Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.  El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor...”  1ª Juan 4.7 al 10
Dios es amor.  Es su carácter buscar nuestro bienestar.  Este atributo será el último en nuestra serie sobre los atributos de Dios.  Es ambos, el atributo más fácil y el más difícil de estudiar.  Es fácil porque se ve claramente en casi cada página de la Biblia.  Es difícil porque el tema es tan grande y tan profundo que uno casi no sabe dónde empezar y dónde terminar.  
No creo que podemos decir que un atributo de la Trinidad es más predominante que otro, pero el amor parece ser el atributo que une todos los otros atributos y es la vía por la cual todos los otros atributos son dirigidos a favor del hombre.  El amor de Dios proveyó al Cordero de Dios por el cual recibimos vida eterna y somos hechos hijos de Dios.  “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios...” 1ª Juan 3.1  
En la cruz tenemos la gloriosa y última demostración de amor, pero, ¿qué es la definición o descripción de amor?  El mundo tiene su definición de lo que es amor, pero ese amor es sensual y carnal.  Aún la definición de amor de muchos creyentes es incompleta y torcida.  La mejor descripción de lo que es el amor de Dios se encuentra en 1ª Corintios 13.1 al 8 (léalo).  Esta descripción del amor de Dios es dada por Pablo para que el creyente aprenda a amar a otros con el amor de Dios.  Esta clase de amor es divino.  La vieja naturaleza no tiene la capacidad de amar con esta clase de amor.  Viene de Dios.  Por lo tanto, aunque esta porción de Escritura nos enseña cómo amar a otros, podemos también entender que este es el mismo amor con el cual Dios nos ama a nosotros.  Recuerde, Dios es amor.
El amor es sufrido o paciente“Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento?  Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación...El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.  Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.”  2ª Pedro 3.3 al 10  El Dios justo y santo está sufriendo pacientemente la rebelión y la burla de los hombres porque es paciente.  El podría destruir todo en un segundo, y al fin de esta edad de gracia hará caer su justa ira sobre todos los que rechazan el don de su Hijo.  Pero, por ahora, su santo corazón sufre para que algunos aprovechen su oportunidad de arrepentimiento.
El amor es benigno.  El sentido de la palabra en el griego, traducida “benigno” en español, es “mostrar bondad y misericordia a alguien que no las merece y que no tiene la capacidad de devolver el favor.  Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.  Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.”  Lucas 6.35, 36  “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5.8  No merecimos su gran salvación y no tenemos nada con qué pagarla, pero por la benignidad de su amor tenemos perdón de nuestros pecados y vida eterna.  Si Dios no fuese amor, estaríamos eternamente separados de su gloriosa presencia.
El amor no tiene envidia.  La envidia es una actitud de descontentamiento y resentimiento por lo que uno tiene, y es el resultado de contemplar la posesión o habilidad de otro con el deseo de  poseer lo mismo.  Vemos la ausencia de envidia en la vida de Jesús cuando vino para morir por nuestros pecados.  Su porción en esta vida fue una de sufrimiento, rechazamiento y muerte.  Fue varón de dolores, experimentado en quebranto.  (Isaías 53)  Leemos en Lucas 4 que Satanás le ofreció una alternativa por su sufrimiento y su cruz.  Pedro procuró persuadirle a no ir por el camino de la cruz, pero por amor, estuvo contento sufrir el oprobio de la cruz para redimirnos.  (Hebreos 12.2)  El Padre estuvo contento al quebrantarlo y sujetarlo a padecimiento para hacernos sus hijos.
El amor no es jactancioso y no se envanece“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2.5 al 8  Jesús,  el Hijo de Dios, vino para ministrar a nuestra necesidad más grande, (la salvación), en completa sumisión a la voluntad del Padre.  Podría haber llamado 12 legiones de ángeles para destruir a los hombres inicuos que le crucificaron y así probar que era verdaderamente el Hijo de Dios.  Sin embargo, porque me amó a usted y a mí, no se exaltó a sí mismo en esta manera, sino se humilló para que nosotros seamos exaltados en gloria.  
El amor no hace nada indebido o impropio.  Dios siempre trata con sus hijos en una manera propia de un Padre amante. (Mateo 7.7 al 11)  Muchos tienen el concepto de Dios que hace todo lo posible para hacernos fallar para que él pueda castigarnos.  Pero lo opuesto es la verdad.  Hace todo para hacernos tener éxito eterno.  Todo nos ayuda a bien, porque nuestro Padre amante ordena nuestros pasos.
El amor no busca lo suyo.  El amor da a otros en vez de quitar de otros.  La justicia de Dios demandó muerte por el pecado.  Su amor proveyó al Substituto. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito...”  Juan 3.16  
El amor no se irrita, no guarda rencor.  Su amor no llega al punto de acabar por causa de nuestros fracasos.  El Padre es paciente con sus hijos, los creyentes.  Nuestro Padre nos enseña, nos dirige y nos exhorta pacientemente.  Cuando fallamos, Dios no nos echa de su familia como basura.  Nunca dice, “estoy cansado de ayudarte cada vez que caes.  Has quebrantado mi corazón por la última vez.”  Amantemente nos disciplina, nos dirige al arrepentimiento, a la restauración y a la plenitud de su bendición.  “..El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”  Filipenses 1.6
El amor no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.  Su amor no tolera el pecado.  No es solamente por su justicia y santidad que Dios aborrece el pecado, sino también por su amor para con nosotros.  Dios busca nuestro bien.  El pecado nos roba de lo mejor de esta vida y de la que viene.  Por eso, cuando hay pecado en nuestra vida, nuestro Padre nos disciplina con cariño para guiarnos al arrepentimiento y al camino de justicia que es el camino de vida abundante.  (Hebreos 12.6 al 11)

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. ¡Aleluya!  Dios es amor.

Lecciones Sobre Daniel

El Glorioso Evangelio, Vol. 94, N’o. 12

por David Franklin

Lección Doce - Capítulo 6.10 al 28

Aparte de las grandes lecciones dispensacionales de este capítulo, parece que encontramos un cuadro muy personal del deber espiritual de Daniel en un tiempo de peligro y desafío.  De este cuadro podemos todos aprender lecciones para nuestras vidas individuales.  Sin embargo, tomado en contexto, este cuadro personal no está absolutamente separado de la aplicación más amplia del capítulo como un cuadro de los eventos del tiempo del fin que concernirán a la nación renovada de Israel.  La fidelidad firme de Daniel llega a ser para nosotros un cuadro de la piedad que será necesaria en ese tiempo de persecución tan terrible que caerá sobre los judíos.
La situación enfrentada por los israelitas quienes conocen al Señor en ese día, será semejante de lo que Daniel enfrentó.  Pablo habla de aquel: “..hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.” 2ª Tesalonicenses 2.4  Si ese hombre tan malo se exalta a sí mismo sobre todo lo que se llama Dios, o es adorado, claramente prohibirá la adoración de cualquier otro, y vigorosamente castigará a aquellos quienes se comprometen en oración verdadera y adoración hacia Jehová.  Vea Apocalipsis 13.15.  Muchos tendrán que escoger entre la fidelidad y la muerte.
De este punto de vista, llega a ser más claro porque Daniel simplemente no dejó de orar por un tiempo, y porque no hacía su oración en una manera más confidencial o privada.  Las cuestiones espirituales fueron demasiado grandes.  Vale la pena tratar esa cuestión en unos detalles.  
Primero, ¿por qué no podía Daniel haber dejado de orar por treinta días?  ¿Por qué no deberá Israel cesar de orar en absoluto para evitar la ira del anticristo?  O, ¿por qué no debemos dejar de orar cuando no es conveniente para nosotros?
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios,” Filipenses 4.6, por lo tanto, “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”  Santiago 4.17  Cuando Satanás procuró tentar a Jesús a adorarle, Jesús contestó; “...porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.” Lucas 4.8  La mayoría enfoca sólo en la última parte de esa Escritura, “él sólo,” sin embargo, note la primera parte, “Al Señor tu Dios adorarás.”  Lo que satisface a Dios no es meramente evitar lo que es malo, sino la participación activa en lo que es bueno.  Muchos creen que si no llegan a ser participantes activos en una religión falsa o una doctrina falsa, importa poco si toman tiempo para servir a Dios en la verdadera religión pura y sin contaminación.  Tal actitud es una comprensión incompleta, inmadura de lo que Dios quiere de nosotros.  La ley construida por los enemigos de Daniel y firmada por Darío era una ley mala, una que podía haber forzado pecado sobre todos quienes cumplieron con ella en cualquier manera.  “Sean conocidas vuestras peticiones...”  Daniel se negó a obedecer al hombre en lugar de Dios.  
Segundo, ¿por qué continúa ofreciendo oración y acción de gracias abiertamente en lugar de ocultar sus oraciones?  Ciertamente Jesús dijo: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”  Mateo 6.6
Es sabio al estudiar la Escritura, permitir que Dios muestre el cuadro completo de su voluntad, y no aislar una Escritura de la otra Escritura.  Por ejemplo, Pablo dijo a los Romanos: “¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios.”  Romanos 14.22  Esto enfáticamente se aplica al tema limitado que estaba en discusión en ese pasaje; no es una orden general en contra de expresar su fe a otros y alentarlos a compartir en ella.  También dijo: “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar...”  1ª Corintios 14.34  Sin embargo, en 1ª Corintios once, dio instrucciones las cuales hacen claro que esperó que las mujeres oren y profeticen públicamente.  La porción en 1ª Corintios 14 no obliga a las mujeres a tomar un papel pasivo, inactivo, sino trata de un punto particular del orden.  Las instrucciones de Cristo para orar en secreto trató con los Fariseos y otros quienes querían alabanza de hombres por sus oraciones, nunca quiso decir que toda oración pública sea mala.  Oró públicamente cuando la ocasión lo exigió.  
La ocasión de la oración de Daniel exigió un testimonio audaz  y abierto, no una ocultación temerosa de su devoción al Señor.  Lo que anteriormente había sido un asunto de comunión privada con Dios, había llegado a ser una cuestión de ley pública.  Puede ser tan falso esconderse por miedo del hombre, como orar en una esquina de la calle para recibir alabanza del hombre.  De cualquier modo, oración a Dios llega a ser secundaria a la aprobación del hombre.  Daniel no faltaba en la responsabilidad necesaria de poner a Dios primero, así que él no sólo oró, sino también permitió que la gente lo supiera.
Una vez que llegó a ser claro a Darío que Daniel, en quien el Espíritu excelente de Dios habitó, iba a ser la víctima de su decreto apresurado, se desagrado consigo mismo, y trató de librar a Daniel, pero falló; pues la ley de los medos y los persas era tal que ningún decreto o estatuto que el rey estableció, se pudo cambiar.  (los versos 14 y 15) Cuán a menudo los hombres aprenden demasiado tarde que las consecuencias de sus hechos tontos, infieles, y rebeldes no pueden ser cambiadas por ningún esfuerzo de su parte.   Sin duda habrá algunos quienes prestarán su aprobación al curso malo de la bestia, sin darse cuenta a dónde ese curso llevará.   Según Mateo 25.31 al 40, algunos mostrarán bondad a los judíos, haciendo todo lo que pueden para preservar sus vidas, y éstos recibirán recompensa por sus acciones cuando Cristo venga en gloria.  A pesar de todo lo que hagan será insuficiente para detener al hombre de pecado una vez que se haya establecido su poder.
Cuán maravilloso, entonces, que Dios no tiene las limitaciones del hombre.  Darío corrió al foso de leones temprano en la mañana, después que Daniel había sido arrojado a los leones.  El pasó una noche sin dormir, no había comido nada, temblando por la seguridad de Daniel y por causa de su propia ofensa contra el Dios viviente.  Con una voz llena de dolor, gritó: “Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?”  (verso 20)  Esa es la pregunta para resolver en cada edad, en cada vida donde Satanás ha ganado un aparente poder irrompible: “¿Puede Dios hacer lo que el hombre no puede hacer, librar y proteger a sus sirvientes?” Darío quería que fuese así.  Aparentemente unos pocos, comparativamente hablando, esperarán que el Dios de Israel pueda librarlos.  Dios permite que situaciones como esta acontezcan para que el testimonio de su poder pueda ser manifestado.  Dios cerró la boca de los leones y libró a Daniel, así como Israel piadoso será librado.
¿Qué pasó con los perseguidores del virtuoso Daniel?  Fueron lanzados, ellos y todos quienes estuvieron de acuerdo con ellos en su complot, en el lugar donde habían pensado ver la muerte de Daniel.  Dios abrió las bocas de los leones, y la destrucción que habían planeado para un hombre piadoso llegó a ser su propio fin.  “Y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.”  (verso 24)
“Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”  Romanos 12.19  Vea también Deuteronomio 32.35; Hebreos 10.30; 31.  No desprecie la venganza, pues es parte del curso que Dios tomará.  La venganza humana es corrupta e injusta, pero no la venganza del Señor.  A un grupo de creyentes angustiados y algo confusos, Pablo escribió; “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.”  2ª Tesalonicenses 1.6 al 8
Al fin del tiempo de la angustia de Jacob, el Señor Jesucristo hará guerra con la bestia, quien se habrá preparado para la destrucción de Israel y de toda piedad.  ¿El resultado?  Juan escribió lo que vio en una visión; “Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.  Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, (Jesucristo) y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.”  Apocalipsis 19.20 y 21  Ciertamente en justicia él juzga y hace guerra.  Los ejércitos que vendrán para destruir a la nación virtuosa serán destruidos por la palabra del Señor.
¿Por qué es buena la venganza del Señor?  Más allá del hecho que sus juicios son justos en una manera que los nuestros no pueden ser nunca, su venganza va más allá de mera venganza y llega a ser el instrumento por el cual los hombres son traídos a la justicia de su gracia.  Lea el decreto de Darío en Daniel 6. 25 al 27.  La destrucción de los enemigos de Daniel llegó a ser la manera de introducir la autoridad y poder de Dios a aquellos quienes por otra parte nunca habrían oído.  En el día venidero, el gran juicio del reino malo de la bestia introducirá el milenio, el reino glorioso y absoluto de Cristo, durante el cual él gobernará sobre todos los pueblos de la tierra.
En 2º Reyes 10.15 al 28, leímos cómo Jehú encontró a Jonadab y lo preguntó si su corazón era recto.  Jonadab contestó, “lo es.”  La contestación de Jehú era: “Ven conmigo, y verás mi celo por Jehová.”   Lo que Jonadab vio y de lo que tomó parte cuando andaba en el carro de Jehú, era la destrucción total de la casa de Acab y de todos los adoradores de Baal.  Si el corazón del creyente es recto, como el corazón del Señor es recto, no puede haber ninguna vacilación en juntarse con él en su carro de juicio.  El día del juicio abierto no es para este día en que escribo, aunque creemos que no tardará mucho en venir.  No obstante, la pregunta, ¿“Es su corazón recto?,” en cuanto a nuestro acuerdo con sus juicios virtuosos, debe ser contestada por nosotros ahora.

Agradecemos a Dios por cada manifestación de su poder, pues todo lo que él hace es bueno y trae lo bueno.  Daniel prosperó después de estas cosas, Israel prosperará cuando las huestes del anticristo sean destruidas, y gracias a Dios, veremos una prosperidad nunca antes vista cuando por fin todas las cosas sean puestas bajo el dominio de Cristo.