El Glorioso Evangelio, Vol. 94, N’o. 1
• Omnisciencia •
por Douglas L. Crook
(primera parte)
Este estudio es el primero de una serie de lecciones sobre el tema de los atributos de Dios. Dios es único. No hay otro dios, ídolo u hombre que pueda gloriarse de los atributos que la Biblia declara que pertenecen solamente a la Trinidad. Dios claramente revela su naturaleza a los hombres para que sepamos que él es Dios. Un entendimiento del carácter de Dios es muy importante si vamos a entender los tratos de Dios con el hombre. Dios siempre nos trata conforme a su naturaleza. Este estudio sobre los atributos de Dios - es fundamental. Al estar bien establecidos en estas verdades, podemos seguir adelante y entender verdades más profundas. Encontraremos que no importa cuál doctrina de la Biblia contemplamos, el carácter de Dios es el fundamento seguro que hace esa doctrina posible y veraz. Notaremos en la serie cómo estos atributos son de juicio para el incrédulo, pero son atributos de gracia, bendición y descanso para el creyente en Cristo Jesús.
“Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito.” Salmo 147.5 Dios es Omnisciente. Omnisciente quiere decir que Dios conoce y entiende todo. Su entendimiento no tiene medida. Sabe el pasado, el presente y el futuro. En Job 37.16 él se llama el “Perfecto en sabiduría.” Esto para nosotros es difícil comprender. Nuestro entendimiento es limitado por nuestra experiencia, educación u observación, pero Dios siempre ha sabido todo.
En esta primera lección vamos a ver la importancia de entender la omnisciencia de Dios para qué podamos entender y creer el plan de redención que el Omnisciente ha preparado para redimir al hombre de su pecado.
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.” 1ª Pedro 1.18 al 20 Desde antes de la fundación del mundo, Dios supo que Adán iba a caer en pecado. No lo creó para caer, pero creando a Adán con la habilidad de escoger por sí mismo, sabia qué escogería la desobediencia. Ya que Dios sabia que su creación iba a caer, preparó su plan de redención antes que creó la tierra. Dios sabía que iba a ser necesario que el Hijo de Dios fuese hecho carne y morir por nuestros pecados. Esta verdad es obvia al leer el Antiguo Testamento de la Biblia. Por medio de tipos, sombras y clara declaraciones, Dios señalaba al hombre la venida de su Hijo a la tierra donde él moriría por los pecados del hombre para rescatarle. Este es el hilo de escarlata de redención que corre desde Génesis hasta Apocalipsis y que une toda la Biblia, probando qué proviene dé una sola mente, la mente del Omnisciente.
“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole: al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.” Hechos 2.22 al 24 Jesús fue predestinado a morir en la cruz como el sacrificio perfecto por nuestros pecados por la presciencia de Dios. Nació para morir. “Para esto he llegado a esta hora.” Juan 12.27 Todo fue anticipado desde antes de la fundación del mundo. Me alegro qué el pecado de Adán no fue una sorpresa a Dios. Me regocijo por la salvación perfecta y completa provista por la Trinidad. Descanso en mi redención qué no es basada sobre mi justicia, sino sobre la presciencia de Dios. Lea Romanos 8.29 y 30. Dios me conoció o sea conoció desde la eternidad pasada cuál seria mi decisión acerca de Jesús. Sabia que yo iba a aceptar a su Hijo como mi Salvador. Según su presciencia me predestinó o me marcó para ser semejante a su Hijo. Después, me llamó, me justificó y me glorificó. Todo esto sucedió en la eternidad pasada y fue establecido para siempre. Cada individuo tiene la habilidad y oportunidad de aceptar o rechazar a Jesús. Dios sabe cuál será su decisión. Si usted acepta a Jesús, puede estar seguro que Dios ya le ha escogido a usted. (Juan 15.16) y que le ha declarado justificado (sin culpa) y glorificado (en la mente de Dios su lugar en los cielos es un hecho establecido). Nada ni nadie puede anular o cambiar lo que Dios ha hecho y predeterminado desde la eternidad pasada.
Descanse en la omnisciencia de Dios. Deje de procurar mantenerse salvo por sus buenas obras. Dios sabe todas las veces que ha fallado y todas las veces que fallará en el futuro, pero igual ha declarado por su fe en su Hijo Jesús que usted es justificado y glorificado. “Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” Hebreos 10. 14 Dios le ve en Cristo. Al entrar en este reposo (Hebreos 4.9 al 13) usted podrá servir al Señor por amor y no por miedo. Podrá ofrecer obras que son verdaderamente buenas y agradables delante de él.
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