miércoles, 16 de marzo de 1994

Lecciones Sobre Daniel

El Glorioso Evangelio, Vol. 94, N’º. 3

por David Franklin

Lección Tres - Capítulo Dos

Este capítulo registra el sueño que anunció claramente, y por primera vez, el curso de los tiempos de los gentiles.  No fue dado a un judío, sino a un gentil.  Esto sí que es una maravilla; pues había sido la manera de Dios de dar las grandes revelaciones por medio de los judíos.  Romanos 3.2 dice: “...que les ha sido confiada la palabra de Dios.”  Es cierto, fue un judío quien interpretó el sueño, pero ¿por qué usó Dios a un gentil en este proceso?  Pablo describe la condición general de los paganos, gente no judía, así: “...alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.” Efesios 2:12  Aunque lastime nuestro orgullo gentil, tenemos que aceptar la verdad de que Dios debe haber tenido una razón muy buena para utilizar a un gentil, más todavía un rey gentil.

Para un judío la lección es bastante fácil de entender.  Una vez antes, fue registrado que Dios dio un sueño a un rey gentil, ese rey fue Faraón, gobernante de Egipto durante la vida de José.  Como el resultado directo de aquel sueño, José alcanzó grande prominencia, pero los eventos que el sueño predijo trajeron a su padre y a sus hermanos a Egipto.  Más tarde, sus descendientes llegaron a ser esclavos allí, súbditos bajos de una nación impía.  Por dar el mensaje a Faraón, en vez de a José, sirvió para mostrar que la familia de Israel iba a encontrarse en una posición secundaria por un tiempo.  El paralelo entre aquella ocasión y la que está delante de nosotros debería de ser bastante claro.

Dios quiere que el judío conozca los tiempos en los cuales él vive.  El conocimiento revelado en este sueño y las profecías que siguen son grandemente provechosos a todos quienes lo entienden.  Para el judío en un tiempo que está por llegar, éste es conocimiento de “supervivencia.”  Ningún judío piadoso podrá ir adelante espiritualmente en tiempo de la gran tribulación sin un entendimiento de los tiempos y eventos que le rodearán en aquel entonces.

Comenzando con el verso cuatro, el registro cambia del hebreo al caldeo, el lenguaje común de la corte e imperio babilonios; pues estas palabras están escritas para la atención gentil.  La lección de ellas de advertencia y admonición será evidente mientras la consideramos.  Nosotros, los que somos gentiles según la carne, debemos entender este mensaje si vamos a pararnos verdadera y completamente en la fe, creyendo a Dios para llevar a cabo su voluntad.  El tiene algo para decirnos como un pueblo.

Detengámonos aquí y consideremos lo que es importante en cuanto de este sueño.  ¿Es el evento mismo, la manera en que Dios habló, lo importante?  En 1978 se me dio una Biblia nueva como regalo.  Tenía una tapa de cuero.  Se me fue dada en una caja, y la caja fue envuelta en un papel de color brillante.  Tapa fina, caja fuerte, papel hermoso; todo eso no podía comparar con el registro divino que todo ello envolvió.  No sea sobremanera impresionado por sueños y visiones; sea cautivado por la verdad que ellos revelan

Los tratos especiales de Dios son cosas para ver y ser  maravillados de ellos porque son testigos de su gracia.  Sin embargo, ningún sueño, visión, u otro milagro asegura que un corazón buscará a Dios.  Balaám tuvo visiones y escuchó la palabra de Dios, sin embargo, no aceptó la palabra de fe de Dios.  Lea Judas 1.11 y Apocalipsis 2.14  Fue dicho al hombre rico, intentando de interceder desde el infierno a favor de sus hermanos, que si ellos no creyesen  a Moisés y a los profetas, no creerían aún si alguno se levantase de los muertos para testificar a ellos.  (Lucas 16.27 al 31)  Esta se probó ser una verdad en la resurrección de Cristo Jesús.

No todos tienen una Biblia con una tapa durable de cuero, y no todos reciben sus Biblias en un cajón envuelto en papel como regalo, pero si la suya es una Biblia buena (no una pobre traducción), tiene el testigo de la verdad en ella.  Tal vez nunca tengamos una experiencia como la que se describe aquí, pero tenemos el sueño de Nabucodonosor, tan seguro como si nos viniese en una visión de noche, pues tenemos el mensaje que contuvo.

En Daniel 2.3, Nabucodonosor dice a sus magos, astrólogos,  y encantadores: “He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño.”  Aquí hay algo que pone a este hombre aparte.  Al tener un mensaje de Dios, él fue “turbado por saber.”  El no se recordó del sueño, mucho menos entenderlo,  sin embargo, fue movido en su corazón.  Muchos, con grandes oportunidades para escuchar la verdad claramente hablada, no están conmovidos como fue este hombre quien no tenía nada, sino un sueño olvidado.

Por supuesto, como muchos otros, Nabucodonosor se equivocó en su elección en cuanto a dónde ir para el conocimiento que él quería.  Los maestros sabios de Babilonia pueden hablar mucho sobre muchos temas, pero están mantenidos fuera de las revelaciones de la piedad verdadera.  El curso que ellos siguieron para esconder su ignorancia fue razonable al hombre natural y predecible al espiritual.  Primero, dijeron: “di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.”  (verso 4)  Sólo Dios puede crear o revelar por fe, donde no hay nada al parecer con que trabajar.  Por no tener acceso a él, tenían que tener algo con que comenzar, un lugar de donde razonar.

Luego, cuando fueron amenazados con muerte si no mostrasen ambos; el sueño y su interpretación, dijeron: “No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante.”  (verso 10)  Entonces su respuesta fue como si estuviesen diciendo; “Tu estás pidiendo un milagro.  No podemos producirlo, por lo tanto, no puede ser producido.  Otros no quieren tales cosas, por lo tanto, tu debes estar contento sin tenerlo también.”  No tenían la culpa en nada.  Así los sabios de Babilonia siempre explican su fracaso a aquellos que les vienen buscando una luz espiritual.

“Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia.”  (verso 12)  Lo que Nabucodonosor había amenazado, ahora decretó.  No debemos culpar a Nabucodonosor desmedidamente por su gran enojo contra los magos y sabios charlatanes.  No podemos decir que él fue justo por hacerlo, pues, él no fue un hombre salvado.  Podemos ver su punto de vista; él había gastado mucho para educar y cuidar de las necesidades de hombres que supuestamente iban a ser de ayuda cuando su propia y ordinaria sabiduría mental fracasó, pero no recibió el valor por sus gastos.  Del punto de vista  de Dios, un gobernante es el ministro de Dios: “No para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.”  Romanos 13.4  Considere la clase de hombres quienes compusieron la mayor parte de los hombres condenados por el rey.  “Magos, astrólogos, encantadores.”  Unos magos se habían resistido a Moisés y Aarón delante de Faraón.  (Exodo 7 y 8)  “Astrólogos”-- Astrología es casi siempre asociada con la idolatría cuando se menciona en la Escritura.  “Encantadores”-- La ley instruyó: “A la hechicera (encantador) no dejarás que viva.  Exodo 22.18  “Profesando ser sabios, se hicieron necios.”  Romanos 1.22  No, no podemos culpar a Nabucodonosor por tratar bruscamente con estos engañadores espirituales.

Como la mayoría quienes han sido desilusionados por la sabiduría religiosa de Babilonia, Nabucodonosor se fue demasiado lejos.  El verso 13 muestra que Daniel y sus compañeros iban a ser muertos con todos los sabios de Babilonia, y ¿por qué no?  En educación, posición, título,  y  en todo que lo que era importante, le parecían que Daniel y sus compañeros fueron tales como los fingidores que no sabían nada; ellos parecían ser unos sabios hipócritas más.  El rey, por no conocer a Dios, no sabía como distinguir entre la sabiduría que es de arriba, y la que es terrenal.  (Santiago 3.15 al 17)

Por todo que él fue “turbado por saber,” este rey pagano no fue diferente que cualquier otro pecador; “No hay quien entienda.  No hay quien busque a Dios.”  Romanos 3.11  El se había enterado de que algunos, quienes afirman tener sabiduría, no tienen nada, pero él hizo la común suposición de justicia propia de que ninguno que es llamado sabio es de valor.  Por eso, Daniel y sus compañeros piadosos fueron incluidos en el decreto de muerte.  Arioc, capitán de la guardia del rey vino para arrestar a Daniel, y Daniel se encontró cara a cara con su verdugo.

Cualquiera, sea judío o gentil, en cualquier edad, debe saber como confiar en el único Dios verdadero en tal momento.  Pablo dijo a Timoteo que le escribió, en parte: “para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios.”  El andar de uno entre los que son de la casa de Dios no es la parte peor de la vida.  Si necesitamos enseñanza especial para el aspecto dulce de nuestro andar, cuanto más se la necesita cuando andamos por el pantano traicionero de hostiles hombres mundanos.  Sólo Dios puede enseñarnos como portarnos en la presencia de uno que es amargado contra la sabiduría vacía, mundana, supersticiosa, y religiosa, pero quien no conoce la otra clase de sabiduría.  


Así precisamente es lo que se enfrentará cuando el hombre de pecado sea revelado, “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”  2ª Tesalonicenses 2.4  El procurará echar abajo a cada sistema de religión y sabiduría menos lo suyo.  En los ojos de él, los israelitas, que en aquel entonces estarán firmes para Dios, le parecerán ser nada más que los otros grupos religiosos que él va a despreciar y destruir.  Entonces, como en el día de Daniel, la única esperanza para el judío fiel será en conocer la verdad que Dios ha revelado, aunque esa verdad será olvidada por los gentiles quienes en el principio la recibieron.  Entonces, como en el día de Daniel, la única ayuda vendrá a través de la oración.

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