sábado, 16 de julio de 1994

Saludos

El Glorioso Evangelio, Vol. 94, N’o. 7


por Carson Richards

Los hombres se saludan, uno a otro, y generalmente se lo reciben con placer.  Sin embargo, es cosa más grande ser saludado por el Dios grande, el Creador y Redentor del hombre.  Salmo 113. 5, 6 dice, “¿Quién como Jehová nuestro Dios, Que se sienta en las alturas, que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra?”  Proverbios 8.4 expresa esta verdad; “Oh hombres, a vosotros clamo;  y dirijo mi voz a los hijos de los hombres.”  Es una cosa asombrosa, pensar que un ser superior llamaría o mandaría saludos a una criatura inferior.  En este mundo, el menor tiene que buscar al mayor; ya sea para conseguir un puesto de empleo, un favor, una ayuda, o cualquier cosa. 
El apóstol Pablo en sus epístolas, mandó saludos a la gente de la Iglesia.  Tal vez, pensamos que estos son saludos de hombre a hombre.  No es así, porque alcanza más profundidad.  Los escritos del apóstol son las palabras de Dios.  Entonces, el mismo Dios manda saludos a su gente.
Ahora, vamos a considerar unos saludos especiales relacionados al tema.  Como es evidente, nos dirigimos al pueblo español, o por lo menos, que hablan el lenguaje español.  ¿Por qué pensamos así acerca del saludo a esta gente?  En Romanos capítulo 15.24 leemos; “Cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.”  Los Romanos eran los gobernadores del mundo conocido en aquellos tiempos, y los creyentes en Cristo tenían la responsabilidad de ayudar la obra del Evangelio predicado por el apóstol Pablo.  En aquel tiempo, se nota que era la voluntad de Dios mandar saludos a los españoles y él tuvo interés especial por ellos.  España era una frontera en la parte del mundo en donde Dios estaba mandando su Palabra y sus saludos.
Sin embargo, sabemos que Pablo no llegó a España en aquel tiempo; pues sufrió prisión en Roma.  Parece que el propósito de Dios fue impedido.  A veces hay tal impresión, pero nada puede vencer a nuestro Dios.  La tradición es que Pablo fue librado y después llegó a España.  A lo mejor fue así.  
Entonces, ¿Qué significan estas cosas para nosotros, y qué tienen que ver con el tema, “saludos de dios.”  Quiere decir que Dios, en este siglo actual, ha arrojado sus rayos de salutación al pueblo de habla español.  Dios ama a todo el mundo, es verdad.  Se lo ha probado al mandar a su Hijo a morir por este mundo en la cruz del Calvario.  Es verdad también que él se mueve con énfasis especial sobre alguna gente en particular.  Esto se hace en tiempos determinados por él.  Los que son sabios, entre esa gente que recibe este favor, aceptan la atención de Dios.  No les conviene ignorar los saludos divinos.  Dios está mandando sus saludos a ustedes, los de habla español, en estos días.  Leemos en 1ª Timoteo 2.4 de su propósito doble a todos los hombres!  “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”  
Por lo tanto, a este pueblo numeroso y grande, él ofrece su bendición del evangelio, y se incluye en las palabras ya citadas arriba.  En medio de todas las comunicaciones que existen entre los hombres, él da las de salvación eterna y el aumento del conocimiento de la verdad.  Esto conduce a riquezas que no se puede imaginar.  
Acuérdese, una salutación significa favor, amistad, amor y muchas veces, como en este caso, una puerta abierta para entendimiento.  ¿Cuánto tiempo durarán estos saludos?  No podemos saber esto.  Para aquellos que los reciben, permanecerán hasta que venga Jesús, y tal tiempo puede ser corto.
Vamos a considerar plenamente a los que reciben saludos.  Primeramente, consideraremos a los que reciben favor.  Notamos que las salutaciones por esta razón son muy numerosas.  Si otros nos ven con favor, nos mandan muchos saludos de amistad.  Alguna gente de fama recibe saludos de los que puedan acercarse para hablar con ellos.  Otros tienen buen estima entre cierto grupo.  Estos reciben la atención de los miembros de aquel grupo, ya sea una iglesia, un club, un partido político, o un equipo atlético.  ¿Cómo manda Dios sus saludos?  Por supuesto, él lo hace muy diferente.  Romanos 5.8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”  El murió por nosotros, “siendo aún pecadores.”  El nos llama por su evangelio.  Esto es un amor grande.  
Después, hay los que son amigos, y así se saludan con amistad.  En nuestro contacto con este mundo, ellos no nos hacen caso generalmente.  A veces, nos conocen y no nos buscan.  Por eso, no hablan con nosotros.  A veces, no nos conocen, y por esta razón, no nos saludan.  Siempre hay una sospecha acerca de gente extraña.  En Romanos 5.10 leemos; “Porque si siendo enemigo, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más estando reconciliados, seremos salvos por su vida.”  Así, como ya hemos escrito, Dios manda una palabra a sus enemigos por medio de este evangelio de gracia.
Entonces inferimos que hay otros motivos para atraer la atención de Dios hacia nosotros. Este motivo es amor.  El tiene esta actitud hacia el hombre desde la llamada para salvación, hasta la profundidad de la oferta del evangelio.  En el capítulo 16 de Romanos hay saludos especiales a 26 creyentes por nombre y a otros que no son nombrados.  Fueron especiales porque tenían gran amor por el Señor, y él tuvo amor particular para con ellos.  Sabemos que hay una salutación con más profundidad de parte de aquellos que nos aman; así es con Dios.

Entonces, vemos que Dios incluye a cualquier persona en Sus saludos, sea pecador o creyente maduro.  Solamente aquellos que ya han rechazado a Cristo permanentemente no reciben saludos de Dios.  Sin duda, los editores de esta revista, y él que está escribiendo este artículo, siendo creyentes en Dios y su evangelio, les saludan a ustedes.  ¡Este saludo es en el nombre de nuestro Señor, y recalcamos el hecho de que él lo hace también!

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