por: César R Cristaldo M
En Isaías 53:4, 5 el profeta habla de la muerte de Cristo, diciendo: “ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores y por su llaga fuimos nosotros curados.”
En su muerte, Cristo no sólo nos otorgó el perdón de nuestros pecados, sino que también hizo posible que seamos sanos en mente y cuerpo.
El pecado, ya sea propio o de otro, puede dejar cicatrices en el corazón y las emociones. Pero el amor sanador de Dios es el único que puede renovar y restaurar las heridas, los recuerdos distorsionados y las emociones desbastadas, de tal manera que ya no tendremos que reprimir nuestros sentimientos de fracaso, ni vivir con ellos por el resto de nuestras vidas
Dios puede perdonarnos y puede reconstruir nuestras emociones totalmente.
Piensa en el daño emociona1 que ha sufrido una persona que desde temprana edad ha sufrido maltratos y rechazos. ¿Acaso él o ella tiene que vivir prisionero/a de estas heridas psicológicas durante el resto de sus vidas? No. El amor sanador de Dios puede alcanzar los recuerdos ocultos de la niñez, sanándolos completamente.
Todos nosotros, en determinados momentos, necesitamos experimentar el bálsamo sanador de Dios. A lo largo de la vida, las personas nos hieren a través de los comentarios ligeros, del rechazo de nuestras ideas o trabajo, de tal manera que dejan sus marcas o cicatrices en nuestras emociones. Pero no estamos abandonados a nuestro propio destino, sin esperanza. Dios entra en cada situación individual con poder sanador y nos proporciona un nuevo comienzo.
Dios es el gran creador y también el gran regenerador. Él crea nuevos comienzos para cada uno de nosotros, traza una línea detrás de nosotros y perdona todo nuestro pasado. Él sana las heridas que hemos acumulado a lo largo del camino y nos permite comenzar un camino nuevo. El amor de Dios trae esperanza a una persona desesperada, une a los enemigos, restaura las amistades desechas, une a las iglesias divididas, renueva a los cristianos fríos y nos da a todos nosotros una razón para vivir. Sólo Él puede conquistar el corazón duro, puede cambiar el estilode vida egoísta de un buscador de placeres, sólo el puede liberar y sanar las heridas del ser humano. Dios realizó el acto mas grande de amor en toda la historia humana cuando envió a su Hijo Jesús para morir en la cruz sufriendo el castigo que nos correspondía a nosotros.
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo Unigénito al mundo para que vivamos por él. En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, si no en que él nos amo a nosotros y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” 1ª Juan 4: 9-10