El padre, en lo natural, confunde tantas veces al hijo, porque un rato le dice sí y al rato le dice no; el hijo no sabe si es sí o no. Dios no es así. Dios dice: “Sí y amén.” Note lo que dice: “Todas las promesas en Cristo son sí,” y si Dios dice sí a las grandes promesas que nos ha hecho, nosotros le decimos: Amén.
[Extracto de "Cuatro Cosas Preciosas" por Virgilio Crook]
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