viernes, 25 de abril de 2014

Si no fuese por las preguntas que el enemigo nos hace a veces, no dudaríamos de las promesas de Dios.  La serpiente en el huerto preguntó a Eva y la hizo dudar.  En el mundo se escucha varias preguntas que nos hacen dudar, pero el Salmista dice: “Enfermedad mía es esta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.”  La duda es la enfermedad que nos hace desconfiar de Dios y poner nuestro razonamiento en lugar de creer lo que la Palabra dice.  Nuestro Dios no es uno que hoy ha comenzado a prometer; ¡NO! Sino es uno que por siglos hizo promesas y cumplió todas sin faltar ni una.  El ha prometido y ha cumplido.


[Extracto de "Cuatro Cosas Preciosas" por Virgilio Crook]

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