miércoles, 7 de mayo de 2014

Demas

Demás: significa “popular.”  El no encontró con Pablo lo que quería, no tuvo oportunidad de lucirse y ser reconocido, pues, el camino era muy angosto, y el mundo le ofrecía algo más.  Sin duda, no estaba de acuerdo con la doctrina de la gracia que enseñaba el apóstol, porque ella no da lugar a la carne para gloriarse.  Muchos creyentes, que son como Demas, aman al mundo, y comprometen la doctrina y la verdad para satisfacer su ambición carnal.  A los tales, les recordamos que “…el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” 1ª Juan 2.17  El mundo con todas sus cosas atractivas son pasajeras, y necesitamos recordar esto continuamente para separarnos de ello.  Nuestra carne deseará hasta el fin, por lo menos algunas de las cosas del mundo, pero debemos juzgarla continuamente, porque ella puede llevarnos fuera del camino de la fe.  “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.  Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.  Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”  1ª Juan 2.15, 16  La palabra “mundo” puede referirse a tres cosas diferentes: - al globo terráqueo donde vivimos, - a los habitantes de la tierra, - al sistema mundano, o sea, la manera de actuar de los hombres. Este último incluye: la política, el comercio, lo social, etc.  El apóstol Juan exhorta: “no améis al mundo.” Demas fue al mundo porque amaba el sistema, su amor no estaba centrado en la verdad.  En el mundo, un hombre aplaude a otro hombre y entre sí se lisonjean, etc., Demas amó ese sistema y su amor por ello le arrastró, si se juzgara a tiempo, no hubiera ocurrido tal cosa. 

[Extracto de: El Desanimo por Virgilio Crook]

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