6) Para no congregarnos para los cultos.
“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” Hebreos 10.25 El enemigo usa muchas excusas para desanimarnos de llegar al culto. Él crea circunstancias para detenernos; pero más que nunca, ahora que ese día se acerca, debemos amar la casa de Dios. Los creyentes habituados a no congregarse tienen sus excusas, pero no son razones. La Palabra nos exhorta a no formar esa costumbre, porque con el tiempo tal actitud llega a ser la costumbre de perder el culto. Pierde un culto por estar cansado; y para el siguiente estará más cansado. Necesitamos juntarnos para tener la comunión en el Evangelio. Quedándonos en nuestras casas, no podemos crecer en la obra del Señor. En el comienzo de la Iglesia, así hicieron los hermanos, aunque no tenían la revelación completa como nosotros tenemos hoy día, pero se congregaban. “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” Hechos 3.42 al 47 Hay algo especial para recibir de cada culto, porque el Señor nos fortalece por medio de las alabanzas, la Palabra que leemos, el mensaje que escuchamos, la oración y la comunión entre hermanos. Si usted está desanimado en cuanto a asistir a los cultos en su iglesia, debe congregarse a pesar de cada obstáculo para recibir ánimo.
[Extracto de: El Desanimo por Virgilio Crook]