sábado, 14 de noviembre de 2015

Salmos 115: 1-18

No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,
    Sino a tu nombre da gloria,
    Por tu misericordia, por tu verdad. 
¿Por qué han de decir las gentes:
¿Dónde está ahora su Dios? 
Nuestro Dios está en los cielos;
Todo lo que quiso ha hecho. 
Los ídolos de ellos son plata y oro,
Obra de manos de hombres. 
Tienen boca, mas no hablan;
Tienen ojos, mas no ven; 
Orejas tienen, mas no oyen;
Tienen narices, mas no huelen; 
Manos tienen, mas no palpan;
Tienen pies, mas no andan;
No hablan con su garganta. 
Semejantes a ellos son los que los hacen,
Y cualquiera que confía en ellos.
Oh Israel, confía en Jehová;
El es tu ayuda y tu escudo. 
10 
Casa de Aarón, confiad en Jehová;
El es vuestra ayuda y vuestro escudo. 
11 
Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová;
El es vuestra ayuda y vuestro escudo. 
12 
Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá;
Bendecirá a la casa de Israel;
Bendecirá a la casa de Aarón. 
13 
Bendecirá a los que temen a Jehová,
A pequeños y a grandes.
14 
Aumentará Jehová bendición sobre vosotros;
Sobre vosotros y sobre vuestros hijos. 
15 
Benditos vosotros de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra. 
16 
Los cielos son los cielos de Jehová;
Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres. 
17 
No alabarán los muertos a JAH,
Ni cuantos descienden al silencio; 
18 
Pero nosotros bendeciremos a JAH
Desde ahora y para siempre.
Aleluya. 

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