sábado, 2 de febrero de 2013

Doctrinas Esenciales De La Biblia - Parte 14 

por Douglas Crook

Unos Ejemplos bíblicos: 

Hechos 1:14
“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”

Cuando el pueblo de Dios se congrega para adorar al Señor juntos, parece ser adecuado para recibir al Espíritu Santo. Tal atmósfera de unidad y alabanza da libertad para la obra del Espíritu Santo.  Aproveche cada oportunidad de pedir el don del Espíritu Santo cuando está congregado con los hermanos.


Pidiendo y recibiendo el don del Espíritu Santo no debe ser simplemente una experiencia emocional para hacernos llorar o reir o gritar.  Las emociones son una parte de lo que somos y debemos rendir aun nuestras emociones a Dios.  Sin embargo, no adoramos a Dios simplemente por ser emotivos. Debemos adorar a Dios en espíritu y verdad. Tal adoración puede ser emocional, pero la fuente es una revelación espiritual de la voluntad de Dios que llena nuestro hombre interior.

Hechos 8:14-20
“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.  Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.  Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.  Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.”

No puede ser comprado, pero algunos han poseído el don de imponer sus manos sobre otros para que recibiesen el don del Espíritu Santo. Note que estos individuos de Samaria ya habían recibido la Palabra, fueron salvados y bautizados en el nombre de Jesús antes que Pedro llegara para imponer sus manos sobre ellos. Note que Pedro oró para que recibiesen al Espíritu Santo, no que fuesen bautizados por el Espíritu Santo.

Los fundamentalistas enseñan correctamente que hay un solo bautismo de la Iglesia por el Espíritu Santo y que ocurrió en el día de Pentecostés en Hechos dos.  Sin embargo, también insisten que el derramamiento del Espíritu Santo sobre este segundo grupo, los samaritanos, era necesario porque era la primera vez que este grupo fue presentado con el Evangelio.  La explicación de los fundamentalistas de la experiencia de los samaritanos no tienen sentido en la luz de la enseñanza de las Escrituras.  La Iglesia entera fue bautizada en el día de Pentecostés.  La Iglesia consiste de individuos de distintas nacionalidad, pero todos llegan a ser un solo pueblo, el pueblo de Dios.  Dios no reconoce una Iglesia judía o una Iglesia gentil o una Iglesia samaritana.  Entre los incrédulos Dios reconoce solamente dos razas de personas en el mundo; judío y gentil. Él no reconoce a los samaritanos como un tercer grupo especial.  Cuando uno es salvado, llega a ser miembro de la Iglesia y ya no es visto por Dios como judío ni gentil, sino como miembro de la familia de Dios.  (Colosenses 3:10 - 11  /  Gálatas 3:28)

1ª Corintios 12:13
“Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”

La evidencia de la Biblia nos obliga a rechazar la enseñanza de los fundamentalistas que dice que un bautismo especial fue necesario para iniciar la raza de los samaritanos en el cuerpo de Cristo.  Si fuese la verdad, entonces cada raza y nación tendría que recibir un bautismo especial la primera vez que escucha la predicación del evangelio.  Ni la Biblia, ni la historia, apoyan la necesidad o experiencia de tales bautismos especiales.  Lo que sucedió en Samaria fue que individuos aceptaron a Jesús como su Salvador y entonces esos mismos individuos recibieron el don del Espíritu Santo.

También note que Simón observó algo como la evidencia de que estos individuos recibieron al Espíritu Santo. Si usted va a vender algo, su producto tiene que ser atractivo a los sentidos humanos. Cuando Pedro impuso sus manos sobre los samaritanos, Simón vio y oyó el milagro de que esos individuos hablaban en una lengua desconocida.  Él quería comprar esta habilidad espectacular de la imposición de manos que resulta en tal demostración de poder.

Hechos 10:44-48
“Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.  Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.  Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.  Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?  Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.” 

Estos individuos recibieron al Espíritu Santo mientras que la Palabra estaba siendo predicada.  En este pasaje la evidencia de que ellos han recibido el don del Espíritu Santo es claramente declarada. Pedro y los con vinieron con él oyeron que ellos hablaban en lenguas.  

Otra vez los fundamentalistas insisten que tal manifestación era necesaria para dar inicio a la iglesia de los gentiles. Otra vez yo tengo que decir que la Biblia enseña que no hay ni judío, ni gentil en Cristo. La iglesia fue bautizada en el día de Pentecostés. El hecho que estos gentiles recibieron el don del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas fue también evidencia que fueron salvados por haber creído la predicación de Pedro y que fueron miembros de la Iglesia porque el don del Espíritu Santo es reservado solamente para los que son llamados a la salvación.  (Hechos 2:38 - 39)

Hechos 19:1-7
“Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.  Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.  Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.  Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.  Eran por todos unos doce hombres.”

Este pasaje desafía a todas las explicaciones de los fundamentalistas que usan para rechazar la doctrina de recibir al Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas como una experiencia distinta a la de la salvación. Este acontecimiento sucedió después de Pentecostés, después de la experiencia de los samaritanos, después de la conversión de los gentiles y aún Pablo les preguntó a estas personas si habían recibido al Espíritu Santo después de haber creído en Jesús como su Salvador. Ellos habían sido convertidos bajo el ministerio de Juan el bautista y por su fe en el Cordero de Dios que quita el pecado del hombre. (Juan 1:29)  Estos discípulos todavía no habían oído de la plenitud del mensaje del Señor resucitado ni del ministerio del Espíritu Santo para con los creyentes.

Si cada uno recibe al Espíritu Santo de este modo personal al ser salvo, la pregunta de Pablo no tiene sentido. Si él simplemente quería saber si ellos fueron salvados, él les habría preguntado si habían creído en el Señor Jesús.

Algunos dicen que estos discípulos no fueron salvados todavía cuando Pablo los encontró. Aun si fuera el caso, en elverso 5 es claro que son definitivamente salvados porque el apóstol Pablo permitió que fuesen bautizados en agua en el nombre de Jesús.  Él no haría tal cosa si ellos no hubiesen confesado a Cristo como su Salvador.  El verso 6 registra que estos discípulos recibieron al Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas después de ser salvos y después de ser bautizados en agua en el nombre de Jesús.  Este pasaje desafía la enseñanza de muchos que enseñan que el creyente ya posee la plenitud del Espíritu Santo al ser salvado.

Las Lenguas 


Muchos creyentes rechazan la doctrina de recibir el don del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas desconocidas simplemente porque el milagro de hablar en otras lenguas es un tropiezo para ellos.  Les parece demasiado extraño y tonto pensar que Dios requiera tal cosa.  Preguntan, ¿por qué? ¿Cuál es la razón? Si usted es creyente, le pregunto, ¿cree usted los registros en el libro de los Hechos dónde claramente declara que el milagro de hablar en lenguas era la voluntad de Dios para la experiencia de la Iglesia primitiva? Si Dios usó el hablar en lenguas en aquel tiempo, ¿por qué no puede usarlo hoy?  si es Su voluntad hacerlo.

El extremo opuesto de los que rechazan el milagro de hablar en lenguas y que es igualmente peligroso, es la enseñanza y práctica de muchos y Pentecostales, que sostienen que el hablar en lenguas es la meta suprema de espiritualidad.  Esto llega ser una insignia de orgullo.  Recibir del don del Espíritu Santo, con la evidencia de hablar en lenguas, no es razón de tener orgullo, es simplemente un paso necesario para seguir creciendo en su vida espiritual por someterse humildemente a la obra y al ministerio del Espíritu Santo.

Hay cinco registros en total en el libro de los Hechos donde leemos que los creyentes recibieron el don del Espíritu Santo. En tres de aquellos registros, hablar en lenguas es claramente visto como la evidencia de su experiencia. En los otros dos registros, alguna evidencia notable es implicada. Hablar en lenguas desconocidas es una obra sobrenatural del Espíritu Santo. Hablar en lenguas no es simplemente una exageración o desorden emocional, sino que es el lenguaje espiritual de alabanza de Dios inspirada por el Espíritu Santo.

Hechos 2:12-17
“Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?  Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto. 
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.  Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.  Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 
Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;” 

¿Qué quiere decir esto? Es el derramamiento del Espíritu Santo prometido por Joel. Así como fue en el día de Pentecostés, así es hoy.  Algunos se burlan del milagro y algunos lo aceptan como la voluntad de Dios.  Yo quiero aceptar todo lo que Dios ha provisto para mí por su amor, gracia y sabiduría.

Hay los que enseñan que si uno va a hablar en otras lenguas, tienen que ser un idioma hablada en alguna parte del mundo por algún pueblo, así como fue el caso en el día de Pentecostés.  El milagro de hablar en lenguas es que uno habla en un idioma que no conoce y que no aprendió por estudiarlo.  Sin embargo, no tiene que ser lenguaje de hombres.

1ª Corintios 14:2
“Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.”

En 1ª Corintios 13:1 Pablo menciona lenguas humanas y angélicas.  Entonces el milagro de hablar en lenguas no está limitado a lenguas humanas.

Es la voluntad de Dios que cada creyente reciba el don del Espíritu Santo.  Reciba el don del Espíritu. No esté estorbado ni intimidado por el milagro de hablar en lenguas. No sea preocupado por procurar hablar en lenguas. El milagro vendrá al recibir al Espíritu Santo. Simplemente pida al Padre su porción de la promesa del Espíritu y sométase al Espíritu en alabanza y adoración de Dios. No tenga miedo que su Padre le dará algo dañoso cuando usted le pide algo bueno.

No caiga en la trampa de sentirse inferior si usted todavía no ha recibido el don del Espíritu Santo. Usted no es responsable para producir el milagro, usted sólo es responsable para valorar el don y buscarlo con todo su corazón. Recibir el don del Espíritu Santo no es un fin, sino es un paso necesario para disfrutar un nuevo aspecto de su comunión con y servicio al Señor.

¿Por qué es necesaria esta experiencia?  Porque la Palabra de Dios nos enseña que es importante y necesario para beneficiarnos de la plenitud del poder de Dios que es distribuido a nosotros por medio del Espíritu Santo para llevar a cabo la voluntad de Dios para nosotros, en nosotros y por nosotros. Limitamos el ministerio del Espíritu Santo cuando no le recibimos en nuestras vidas por la fe en la promesa.

Juan 7:37-39
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.  El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.  Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

No vaya a ser satisfecho con una gota del poder del Espíritu.  Reciba el don del Espíritu Santo y conocerá el torrente río del poder de Dios.  Si está cansado de procurar servir al Señor en su propia fuerza, espere en Jehová, pida a su Padre el don del Espíritu Santo y conocerá el poder de Dios.    


Isaías 40:28-31
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.  El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.  Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;  pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”

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