lunes, 16 de mayo de 1994

Lecciones Sobre Daniel

El Glorioso Evangelio, Vol. 94, N’o. 5

por David Franklin

Lección Cinco, Capítulos 2.46 al 3.13

El final del capítulo dos parece muy satisfactorio, Daniel y sus compañeros siendo ascendidos a lugares de  alto honor.  Pero para los ojos que disciernen, dos omisiones pueden ser notadas de parte de Nabucodonosor.  Estos errores guiaron a la confrontación registrada en el capítulo 3.  Primero, Nabucodonosor adoró y honró a Daniel (Verso 46) pero no al Dios de Daniel.  El dio crédito al Señor diciendo:  “Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses y Señor de los reyes...” Verso 47  Pero note que todavía era cuestión del Dios de Daniel, no había una sumisión real en su corazón.  Daniel había sido útil a él, a Daniel se le diría que él tenía un Dios maravilloso, pero él, Nabucodonosor, seguiría sin cambiar, sirviendo sus propios dioses.  Qué triste omisión. 

Entonces, en el asunto de la promoción de Sadrac, Mesac y Abed-nego, era Daniel quien sugirió honrar a quienes honraron al verdadero Dios.  Si el rey no tuvo interés en honrar y aceptar al Dios de Daniel, menos interés tuvo en honrar al pueblo de Dios.  El estuvo de acuerdo con Daniel cuando él sugirió que sus amigos fuesen puestos en autoridad con él, probablemente se sintió bien al hacerlo así.  Pero todavía no reconoció que si la fe en Dios hizo de Daniel lo que el era, otros con la misma fe eran tan importante como Daniel.  Su fracaso en reconocer el valor del fiel pueblo de Dios era otro serio error.

Después de un periodo de tiempo, Nabucodonosor emprendió un proyecto, el cual le llevó a un conflicto directo con el Dios de Daniel, y aún con los piadosos compañeros.  Levantó un enorme ídolo de oro (como noventa pies de alto y nueve de ancho) y ordenó una reunión especial, de modo que sus oficiales pudieron unirse con él en su idolatría.  No necesitamos mirar lejos para darnos cuenta de donde salió con esta idea.  Dios le dio un sueño concerniente a una gran imagen, cuya cabeza de oro representaba al mismo Nabucodonosor, él entonces levantó una gran imagen de oro.  El paralelo está muy claro para estar equivocado.  Se equivocó de la lección del sueño.  En vez de ver el fin de aquellas cosas, recibir advertencia y someterse al poder de Dios, él sólo vio el comienzo brillante y se deleitó en la gloria terrenal, la cual él poseía.  Tampoco podemos dudar que, de cualquier modo el rey haya presentado sus motivos en este asunto, él estaba actuando para tomar la adoración del hombre en su propia persona y poder.  

Esto indica otro terrible y peligroso paso equivocado de parte del rey.  El cayó en el error, el cual muchos otros han seguido.  El tomó algo bueno y verdadero, lo cual Dios le ha revelado e hizo con ello algo malo, algo falso, que era en oposición a Dios.  ¿Cómo?  Colosenses 2.18  advierte de una clase de hombre que atrae a la gente a la adoración de ángeles, “entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal.”  2ª Pedro 3.16 habla de los escritos de Pablo,  “entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.”  El hombre de Colosas ciertamente había visto algunas cosas verdaderas.  Si solamente se aferrara a ellas, esperando en Dios para mostrarle más verdad, cuando él estaba listo, él hubiera continuado muy bien.  En cambio, eligió razonar con su mente carnal.  En esto él estaba actuando por medio del orgullo y confianza en su propio poder de entender las cosas del espíritu; él estaba “hinchado”.  El salió con algo para añadir a lo que Dios le había mostrado al principio, pero estaba errado.  El solamente estaba haciendo oscuras suposiciones acerca de cosas que él nunca había visto.  Para apoyar tal conclusiones erradas, el hombre invariablemente debe comenzar a torcer lo que ya se le ha revelado, para hacer encajar con lo que ya ha decidido.  Tal curso es el resultado de ignorancia, de rechazar las oportunidades de aprender de Dios y su verdad.  Este es el camino que Nabucodonosor siguió para llegar desde su sueño dado por Dios a la imagen idólatra en el campo de Dura.  De la orden del rey, ordenando a todos a adorar el dios que él había hecho, diremos poco.  Note dos cosas.  Primero, como es a menudo el caso con la corrupción de la verdad, el temor era el mayor estímulo para que la gente se inclinasen y se uniesen a él en su error.  “Un horno de fuego ardiendo” para aquellos que no obedecieron, era el único incentivo en esta adoración malvada.  También la música jugó un papel importante.  No criticamos música ni instrumentos musicales, David usó canciones e instrumentos de música para glorificar a Dios y bendecir a su pueblo.  El Nuevo Testamento nos anima a seguir ese modelo.  No obstante, la religión falsa, a menudo provee instrumentos y orquestas más impresionantes de lo que lugares de adoración verdadera pueden.  Sea impresionado por la verdad y por la fidelidad de la revelación de Dios, y no por el tamaño de los ídolos del hombre o la calidad de su música. 

Antes de llegar al maravilloso conflicto que se presentó entre este rey gentil y los tres judíos piadosos, tal vez deberíamos preguntarnos, ¿qué pasó con Daniel?  Su ausencia en esta reunión de los hombres más prominentes del imperio, es evidente.  ¿Le disculpó Nabucodonosor para no asistir a este terrible servicio de adoración?  El rey pareció tener un ciego e ignorante respeto por este hombre, cuyo Dios él no quiso.  Daniel no pudo haber sido lisonjeado por esa reverencia fuera de lugar, pero tal vez eso explica por qué él no estuvo en el campo de Dura aquel día.  Aunque no podemos saber con certeza dónde estaba Daniel, podemos estar seguro que, tal como sus tres compañeros habían orado cuando él fue en el centro del escenario delante del rey, también él estuvo orando por ellos en este día.  

Nabucodonosor no pensó en estos tres hombres quienes eran tan fieles como Daniel y quienes al igual que él no se postrarían delante de un dios falso.  Esto parece (y era) una terrible, insensible actitud, pero recuerde que Dios la usó.  Su mismo acto de rebeldía fue usado y trajo otra demostración de la grandeza del Dios de los cielos y de la tierra.  También nos da oportunidad para ver el testimonio de fe, el cual Dios había escondido en los corazones de Sadrac, Mesac y Abed-nego.  De otro modo tal vez no hubiéramos visto lo que Dios había hecho en ellos.  Verdaderamente, servimos a un Dios grande, que puede tornar todas las cosas, aún pecado, para su propósito.  Si usted no cree que él hace esto, recuerde la maldad fría de los hombres religiosos quienes  conspiraron para crucificar a Jesús.  “Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia.”  Romanos 5.20  En el capítulo 2, cuando los magos no pudieron cumplir con las demandas de Nabucodonosor, su ira fue terrible.  La ocasión delante nuestro no fue diferente.  El verso 13 dice que cuando el rey oyó que Sadrac, Mesac y Abed-nego rehusaron obedecer su decreto malvado, ordenó “con ira y enojo” que les trajesen delante de él.  No olvide que la religión impía es la fuerza más brutal y sedienta de sangre sobre la tierra.  Vea Gálatas 1.13 al 14.  ¿Qué hizo de Pablo el principal de los pecadores?  El hecho de que era “excesivamente celoso en un sistema religioso que rechazaba el plan de Dios.  Cuando estos hombres no se unieron con él en su pecado religioso, el rey estaba listo para matarlos.  

Satanás tiene un plan con el cual propone desbaratar el propósito de Dios.  Lea 2ª Tesalonicenses 2.3 al 8.  El pondrá adelante a un gobernante gentil, quien buscará tomar para sí la adoración que pertenece al Rey de los judíos.  El hombre será la “bestia,” el anticristo, el hombre de pecado, “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios.”  Dios no le dejará que tenga éxito, y verdaderamente, él no permitirá que ese plan comience su curso hasta tal tiempo que él elige.  Satanás estando en rebelión contra Dios, sigue procurando llevar a cabo su plan antes del tiempo que Dios ha propuesto permitirlo.  “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad”  dijo Pablo en 2ª Tesalonicenses 2.7  “Este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.”  1ª Juan 4.3

Dios ha permitido que los comienzos falsos y los fracasados esfuerzos de Satanás sean usados para un propósito bueno:  ellos dan un cuadro de lo que debe venir cuando el anticristo tome su terrible lugar.  De este modo, una vez más vemos prefigurados en los actos de Nabucodonosor lo que va a ocurrir cuando Dios alce su mano y dé rienda suelta a Satanás por un poco de tiempo.  Acerca del falso profeta que fomentará el anticristo que aún ha de venir, Apocalipsis 13.15 dice: “y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.”  Una vez más vemos un paralelo muy claro, difícil de errar.  

No es el propósito primordial de Dios contar a los hombres acerca de aquellos eventos o de aquel hombre.  Jesús es el centro de todo lo que Dios revelaría al hombre.  El advierte contra el falso cristo, de modo que el hombre pueda confiar en el verdadero Cristo.  Jesús mismo amonestó; “Mirad que nadie os engañe.  Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.  Entonces, (eso es, cuando venga la gran tribulación) si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está no lo creáis.”  Mateo 24.4 al 5,23.  Dios quiere que nosotros, y también especialmente el Israel por venir, sepamos y creamos que Jesús es el Cristo, ya que él vino en la carne, no puede haber otro Cristo, sino sólo él.  La falta de aceptar y confesar esta verdad fundamental es lo que Juan llama; falta; “El espíritu de anticristo.”  1ª Juan 4.3  Cuando la serpiente comience su mascarada, mostrando señales y prodigios mentirosos, será necesario al hombre permitir a Dios mostrarle la falsedad de la manera de Satanás, para no estar engañado y atrapado en su red.  


Desde luego, no deberíamos esperar estar sobre la tierra cuando el peón malvado de Satanás ejerza su poder.  Apocalipsis 3.10 dice a un cuerpo de creyentes llenos de fe, “por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero.”  A pesar de las pretensiones de algunos maestros religiosos de nuestros días, quienes están hinchados en su mente carnal, acerca de las cosas que no han visto, la promesa de Cristo significa tal  como lo dice.  Dios ha prometido guardar a sus fieles del tiempo del dominio completo del anticristo sobre la tierra; él lo hará por sacarlos de la tierra.  Dios nos ha revelado estas cosas para que podamos ver su poder, y su propósito triunfante.  Su deseo para nosotros es que podamos animarnos para conocer y creer todo lo que él ha dicho que haría.  El obra a través de la fe y fidelidad de su pueblo.

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