viernes, 18 de enero de 2013

Planes - Parte II

En cuanto a los hijos de Dios, ¿no deberíamos, con mayor responsabilidad, permitir que nuestros planes sean examinados delante de Él y por Él mismo? A más de dejarle examinar nuestros proyectos, deberíamos permitirle también examinar los motivos e intenciones de dichos planes. “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.” Sal. 139:23-24  La actitud de David nos da un buen ejemplo de lo que deberíamos hacer delante del Señor con relación de nuestros pensamientos y propósitos, incluyendo las intenciones y motivos.

Existe en el corazón del hombre (sea creyente en Cristo o inconverso) la tendencia de querer tener el control de todo en la vida, con el gran error de no permitir al Señor tener parte en los planes, pensamientos y motivos. Muchas veces el creyente pide a Dios que bendiga sus proyectos y propósitos, pero no deja que tales propósitos, en su corazón, sean examinados a la luz de la presencia y la Palabra de Dios mismo.

¡Cuán necesario es que cada creyente pueda llegar a la misma conclusión que llegó el profeta Jeremías! “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.”  Jeremías 10:23  Tal reconocimiento nos llevará cada ves mas a una humilde dependencia de nuestro Maestro en todos los pensamientos y planes de nuestra vida. En este punto, tenemos que reconocer también que al corazón humano no le agrada estos conceptos porque él piensa que sus planes son buenos en su propia estimación “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus.” Pro.16:2

Podríamos pintar un hermoso cuadro de nuestros propósitos, pero el Señor examina y juzga los motivos. Naturalmente no nos agrada ser examinados o que el control de nuestra vida esté en las manos de otro. Pero como hijos de Dios debemos reconocer y aceptar que no hay otro camino mejor que el de confiar en la dirección de nuestro Padre, quien nos ama. “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino”  Sal.37:23. Con estos pensamientos no estoy insinuando que no tenemos que hacer planes para nuestra vida, el sentido común nos enseña que necesitamos hacer ciertos planes en la vida y vivir de una manera responsable en este mundo.

Pero necesitamos ser prudentes; temerosos y sabios en reconocer la voluntad y dirección de nuestro Dios en todos nuestros propósitos. Si hacemos así, la aprobación y el respaldo de nuestro Señor llegará a ser una firme confianza sin temor de ningún fracaso ni pérdida.

Por otro lado, mientras no abandonamos todo plan egoísta y jactancioso andando en independencia de él, nunca llegaremos a entender Sus propósitos de amor para con nosotros.

Tampoco llegaremos a experimentar la seguridad y confianza que fluyen de Su tierno cuidado y dirección. “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” Efesios 5:17 ¿Cuál es nuestra actitud? ¿Escogemos nuestros propios caminos fabricando nuestros planes sin incluir al Señor en ellos, o humildemente reconocemos que necesitamos la sabiduría y dirección de El en todas las cosas que emprendemos?

Alguien dijo las siguientes palabras: “Mi futuro desconocido está a salvo en las manos de mi Dios quien lo sabe todo.” A esto deseo agregar el coro de un canto que tal vez Ud. conoce, y si no, espero que sea de provecho para su meditación personal:

No lo que quiera ser
Ni dónde quiera ir
Pues ¿quién soy yo que deba decidir?
Mi Padre escogerá, la senda que es mejor...
Y muy feliz yo voy a ir.

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